viernes, 19 de agosto de 2011

Bolsillos rotos y pies rajados



Por: Johanny Taveras
 

¨  Bolsillos rotos y  pies rajados ¨


Hace unos días hablaba con Tomás, un productor arrocero  de la provincia de Nagua que actualmente se encuentra trabajando en la ruta F  del transporte público de pasajeros de Cien Fuegos,  el señor alegaba que el precio de arroz esta bien así, porque el que se sienta en una mesa a comerse un plato de ese cereal, no tiene idea de los trabajos y los sacrificios  que tienen  pasar un productor para conseguir una cosecha.

Eso a propósito de los precios tan elevados que se ha registrado en los precios de  la canasta familiar , en el que se incluye  en  el arroz, producto básico de la dieta dominicana, hecho que tiene preocupada a la ciudadanía debido a que esos aumentos no se corresponden con los ingresos económicos que perciben y en ocasiones  con el comportamiento  que ha tenido el crudo en los mercados internacionales, los cuales se reflejan en  el gasoil, gasolina y gas licuado de petróleo en República Dominicana.


Tomás me contaba que la estructura de costos de producción de la cosecha  cubre un período de seis  meses,  para que  al final los almacenistas en solo un mes terminen en Jepetas con los bolsillos llenos de papeletas,  y ellos con los pantalones remangaos y en chancletas,  que era nada más y nada menos que el negocio   del ¨ Capa Perro ¨.

Me confeso que se cansó de  que al final de cada  cosecha solo le quedaran  los bolsillos rotos y los pies rajados de andar todo el día entre las ciénagas  chapaleando lodo, tostándose las entrañas con el sol,  y sin dinero para comprar la carne para acompañar el arroz que se guardaba.

Tomás cambio su machete por un guía,  el caliente sol de Nagua  por las rostizantes y polvorientas calles de Cienfuegos, la combinación del olor de su  sudor, el  lodo y las espigas doradas de sus sembradíos, por el del gas, la basura  y los sudores  de las decenas de personas que a lo mejor igual que él han venido a la ciudad con la esperanza de que aquí si le pagarían por su justo trabajo, sin saber que sólo han cambiado de escenario y que  ahora tendrán que pagar el arroz caro.

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