Claroscuro
Por: Johanny Taveras
Modernidad y autodestrucción
En una sociedad competitiva donde todo se compra, todo se vende, en la que impera la ley de mercados, del más fuerte, oferta-demanda, en un mundo acelerado, globalizado, cibernétizado, donde los valores morales brillan por su ausencia, en el cual lo más importante no es lo que eres sino lo que tienes, lo que representas y de que forma podría beneficiarme yo de eso, ¿qué nos depara el fututo?.
En un mundo en crisis, en caos, en guerra, donde los augurios científicos, filosóficos y religiosos no pintan nada bueno, ya que si no perecemos en ¨El Gran Juicio Final¨, con fuego y azufre, nos mataremos unos a otros con armas químicas, biológicas, atómicas; con el calentamiento global, producto del abuso y uso indiscriminado y sin conciencia de los recursos naturales o simplemente con la falta de humanidad que es la unión de todos los males.
En una llamada ¨Aldea Global¨ donde a pesar de los millones de años que tenemos viviendo sobre la fas de la tierra todavía no hemos sido capaces de aceptarnos unos a otros en igualdad de condiciones, en donde nos fijamos solo en las pocas diferencias y no aprovechamos las riquezas de las miles de coincidencias que como seres humanos poseemos.
No es de sorprendernos si la familia que es la base de toda sociedad se encuentra sumergida en una profunda crisis, sin valores, sin normas, sin cabezas, que los demás núcleos sociales que surgen a partir de esa célula marchen tan mal.
En un mundo en el que las barreras del sexo, clase social, raza, credo o nacionalidad son determinantes a la hora de pertenecer a determinados grupos político, sociales, económicos ect., no entiendo de que forma es que podemos hablar de avances, desarrollo, progreso y paz mundial si la base de todo eso debe ser el amor al prójimo, sólo que todavía no hemos podido identificar quien es ese ¨individuo¨ y mucho menos el significado de ese sentimiento.
ytrmariposa@yahoo.es
Lamentablemente esta es la triste realidad,de nuestra sociedad.
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